Hoy os quiero dejar algo que escribí hace un par de años, con ello gané un concurso de escritura, espero que os guste
En
muchas ocasiones me he planteado lo rápido que pasa el tiempo, y con él las
oportunidades, esas que cuando te das cuenta que han pasado de largo te hacen
plantear seriamente lo estúpida y testaruda que puede llegar a ser la raza
humana.
El
tiempo corre y no te espera, las
agujas del reloj que marcan tus horas siguen su curso, y por desgracia nunca lo
hacen en sentido contrario. En momentos determinados, tienes que tomar
decisiones en cuestión de segundos, decisiones que a veces van a perseguirte
toda la vida. Es entonces cuando nos damos cuenta de los errores que cometemos por no pensar dos veces a
falta de una, por actuar por impulsos y no por sentimientos, por no saber
reaccionar a tiempo, o por querer recuperar lo que has perdido dando un paso, que ni tú mismo sabías que sería en falso. Y es ahora cuando estás mirando el
reloj que en la pared tienes colgado, con el ceño fruncido y los ojos algo
cerrados, con toda maldad allá donde miran, deseando que esas agujas vayan
marcha atrás y te dejen volver a tomar una decisión, la decisión que ahora, tras varios errores, sabes que es la correcta.
Por
eso siempre me empeño en decir que la vida es un conjunto de cosas que pasan
mientras a ti te dan a elegir entre dos opciones: mirar lo que sucede con
cara de pasmarote, o hacer que esas cosas merezcan la pena.
No
esperes nunca que pase algo impresionante a tú alrededor, porque entonces te
perderás todo lo demás; las pequeñas cosas, esas que en el fondo son las
mejores porque suceden sin previo aviso y te dejan sin aliento por una fracción
de segundo. No esperes tu momento, porque todos serán buenos
para intentar alcanzar tus metas y atreverte a dar ese paso que tanto te atemoriza
dar. Sonríele a la vida, aunque sea en tan solo una foto, lucha por todos tus
sueños, porque lo imposible no existe, solo es una palabra que a veces
utilizamos por miedo a fracasar, y
no te tomes la vida demasiado en serio, o no saldrás vivo de ella.
Al
fin y al cabo recuerda que el secreto está en hacer de este mundo tu mundo, y
saber aprovechar lo que te gusta, y lo que no tíralo al mar y deja que siga su
curso.
Que la fuerza de la Luna esté con vosotros,
La chica de la Luna
La chica de la Luna
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